Todo apuntaba a que el partido que disputaron Bidaideak e Iberconsa iba a ser de esos marcados por la intensidad en el juego y la incertidumbre en el marcador, como viene siendo costumbre en los enfrentamientos entre ambos. En la temporada anterior los gallegos se llevaron los puntos de Txurdinaga  en la  prórroga por la mínima, en un encuentro vibrante en el que Cesar Iglesias, su entrenador,  utilizó  sólo 5 jugadores durante los 45 minutos. A esta cita acudían con refuerzos nuevos de plantilla – un francés, dos japoneses, un argentino y un polaco- y con esos mismos cinco que sellaron la victoria en noviembre del 17,  lo que vislumbraba que, como poco, el encuentro iba a ser tan disputado como el anterior.  Enfrente tenían a un Bidaideak que había empezado con un dos a cero en su contra en el balance de la temporada, que no podía contar con piezas básicas en su escuadra para el partido, pero que nunca dan ninguno por perdido, y mucho menos en su feudo ante su animosa hinchada.

Pero las previsiones saltaron por los aires desde el minuto primero del partido y no hubo ni igualdad ni incertidumbre. El Iberconsa fue literalmente barrido de la cancha por un Bidaideak que, con un vendaval de juego, quiso reivindicarse  ante su afición como el subcampeón de Liga y Euroliga vigente que es.

Como si fuera premonitorio de la tónica ulterior del encuentro, Asier García ganaba el salto inicial, llevaba el balón hacia la pintura visitante y daba una asistencia para que su equipo anotara los primeros dos puntos del encuentro. El Gran Capitán  de los bilbaínos era consciente de que una nueva derrota podía condicionar las aspiraciones de su Club para esta temporada y que, aunque había pasado una mala semana por una afección médica que le llevó a no poder entrenar en condiciones durante varios días, le tocaba contagiar entusiasmo e intensidad al resto de sus compañeros. Y vaya si lo hizo. No sólo firmó un extraordinario partido – 25 puntos, 12 asistencias, 11 rebotes, 41 de valoración-, si no que supo poner en ritmo al resto de la plantilla de manera que el calificativo se extendiera, finalmente, a todos y cada uno de los que participaron en el encuentro.

Los de Vigo sólo aguantaron el marcador en el primero de los parciales, pero ni tan siquiera cuando empataron a 13 tras una serie de aciertos del máximo anotador de la temporada pasada, Agustín Alejos,  dieron la impresión de poder llevarse el partido. En seguida, volvió a poner tierra de por medio el Bidaideak, dejando el marcador en un 22-17 al finalizar el primero de los parciales.  En el segundo, los locales apretaron el acelerador, desarbolando una y otra vez las líneas de defensa de los gallegos que vieron, impotentes, como la brecha en el luminoso se ensanchaba minuto a minuto, de manera que al llegar al descanso ya era de 17 puntos (48-31).

Durante los primeros 20 minutos ya se pudo constatar que las piezas con las contó Esteban Nuñez en el partido de ayer obedecían sus pautas y daban lo mejor de sí en cada envite.  Txema Avendaño, supo asumir la responsabilidad que le obligaba a multiplicar sus funciones de pivot con las de facilitaron permanente de las opciones de tiro de los lanzadores del equipo, y firmó, ante sus antiguos compañeros, un notable partido. David Mouriz, siempre certero en los lanzamientos, leía, una y otra vez, de la mejor de las maneras el juego y demostraba el gran jugador de equipo que es. Janik Blair deslumbraba con su derroche de energía, siempre adecuado posicionamiento y magnifico lanzamiento frontal. Manu Lorenzo, volvía a demostrar una madurez impropia de su edad y que  tiene un futuro impresionante por delante; su aportación en el juego interior fue básica para los bilbaínos se fueran al descanso con tan importante renta. Por su parte, Xabier Iragorri, una perla más de la cantera bizkaina, ya anotaba que iba a rubricar su mejor actuación desde que subiera al primer equipo, mostrando los destellos de calidad que atesora.

Con estos activos mostrándose en cancha y con Asier y Turek en estado de gracia, lo cierto es que era difícil que el partido se les escapara a los bilbaínos tras la reanudación. El tercero de los parciales fue, tal vez, el más equilibrado en el  juego, pero aún así, la diferencia en el tanteador se incremento hasta llegar a los 19 puntos al finalizar el mismo (69-50).  Los 10 últimos minutos fueron un puro trámite en el devenir del encuentro. Los gallegos lo utilizaron más para construir el equipo con el que acometer las próximas jornadas que para maquillar el resultado y Bidaideak sólo tuvo que mantener su ritmo para dejar en el luminoso un 88 a 67 que habla por sí mismo de la alta capacidad productiva de los bizkainos.

En este terrero, Asier y Turek empataron a 25 puntos, en tanto que David Mouriz lograba 9, Manu y Blair 8, Iragorri 7 y Txema Avendaño, 6.  Jugaron también Mendizabal y Patxi Suarez.

Por la escuadra gallega, construyeron su tanteador, Alejos con 19 puntos, Zavala con 16, Lorenzo Envó con 11, Murakami con 6, Hardain con 5, Alessandrini y Vila con 5, y Cronau con 2.

El  marcador final señala,  bien a las claras, el diferencial de juego ofrecido ayer por ambos contendientes, habla también, de la necesidad de trabajo que va a tener que realizar Cesar Iglesias para ensamblar a los nuevos jugadores y construir el gran equipo que se intuye puede llegar a ser  y permite constatar el nivel que el Bidaideak puede ofrecer esta temporada, en la que tiene por retos tratar de revalidar las posiciones de pódium conseguidas en la temporada anterior. La próxima oportunidad la tiene el próximo fin de semana en Vitoria- Gasteiz el próximo sábado ante el Fundación Caja Vital – Zuzenak.