No había nada en juego para el Bidaideak sobre el parqué de Txurdinaga que no fuera sostener la  trayectoria triunfal en el mismo de once victorias en los once partidos de la temporada.  Quedar invictos en casa durante toda una competición tal vez sea sólo un título anecdótico pero es, sin duda, el mejor de los cimientos si se quiere terminar en lo más alto al final de la misma. No basta, claro, con convertir tu cancha en un fortín, pero es más que difícil obtener título alguno si no te haces fuerte en casa. Y desde octubre, Txurdinaga ha sido inexpugnable para los equipos rivales. Sin duda una de las claves que han llevado al título de campeón de Liga 20-21 al Bidaideak. Así que era cuestión de curriculum, y un poco de orgullo, el cerrar la temporada con victoria en casa y poder saborear, de la mejor de las maneras, el éxtasis de recibir el trofeo de campeón.

Enfrente tenía como invitado de lujo a un histórico Club del baloncesto estatal en silla de ruedas, el Fundación Aliados Valladolid, que sabe también lo que es tener una Liga en su haber en su historial y que es modelo en muchas facetas de la  organización y el impulso de este deporte. Con deportividad hicieron el pasillo de honor  a los bizkainos, que quisieron compartir con ellos el aurresku en honor de los vencedores, porque como quiso hacer saber la directiva del Bidaideak  “en esta Liga de la pandemia, en la que todo estaba llamado para hacer invernar la competición, los 12 clubes de la División de Honor han sabido dar una lección de coraje y capacidad de organización, y, por tanto, los 12 son merecedores del recibir el aurresku como ganadores ante la adversidad”.

Los pucelanos que nada se jugaban en el encuentro, demostraron gallardía y capacidad de gestar buen juego durante todo el encuentro. Aguantaron mejor que bien el primero de los parciales (21-20) y se fueron al descanso con sólo 5 puntos de desventaja; en el tercero apretó el acelerador la escuadra bilbaína para con un parcial de 16 a 7, dejar que los últimos 10 minutos fueran de rotaciones continuas para la totalidad de su plantilla, lo que permitió, a los dirigidos por Jose Antonio De Castro, sellar el marcador con un 71 a 67.

Partido distendido, pues, para un día histórico en el polideportivo de la popular barriada bilbaína, que fue escenario del hito de ver recoger a Centeno Landa, “Leyenda” como le reconocen sus compañeros, el trofeo de Campeón de Liga de la temporada 20-21. Testigo de ello fue el Presidente de la FEDDF, José Alberto Alvarez, que en otro momento hubiera sido el encargado de entregarlo, pero que, por las razones por todos sabida,  quedó como fedatario de tan importante momento.

Diversos representantes de las instituciones municipales y forales, quisieron acompañar al Bidaideak en su Egun Nagusia particular. Lorea Bilbao, Diputada Foral de Euskera, Cultura y Deportes, encabezó la delegación del gobierno foral, que estuvo compuesta, también, por el Director de Inclusión, Oscar Seco, y el de Deportes, Carlos Sergio. Amaia Arregui, Alcaldesa en funciones de Bilbao, acudió con el Teniente de Alcalde, Alfonso Gil, la Concejala de Deportes, Itxaso Erroteta y el Director de Bilbao Kirolak, Marcos Muro. Tambien el Presidente de la Federacion Bizkaina de Baloncesto, Koldo Mendia, y la del Bilbao Basket, Isabel Iturbe, quisieron acompañar el primer título de liga conseguido por club alguno del Territorio Histórico.

La fiesta en la cancha duró más de 30 minutos, en los que la plantilla quiso compartir el Trofeo con todos y cada uno de los asistentes. Especialmente emotivo fue el momento en que los más txikis de la escuela BSR que tiene el Club, salieron al parqué para acariciar también ellos un trofeo que, ojalá, ojalá, ellos dentro de unos años sean capaces también de ganar.