Llevaba Bidaideak casi un lustro pensando que algún día llegarían a disputar la Champions. Y parece como si las energías acumuladas de todos estos años, salieran a la cancha con el salto inicial. Desde el primer segundo, mostraron  la mejor de sus versiones e, incapacitaron el juego rival que, durante los primeros diez minutos parecía no haber comparecido todavía en la cancha. Literalmente, durante el parcial inicial, Bidaideak arrasó a los alemanes que se veían impotentes para frenar su juego de ataque y que no encontraban la forma de impedirles machacar una y otra vez su aro.

Reaccionó, sin embargo, mejor que bien el Hamburgo en el segundo de los tiempos. De estar completamente bloqueado y a punto de un  k.o  más que doloroso, pasaron a demostrar el porqué de su condición de equipo de Champions. Poco a poco sacaron a relucir sus armas defensivas y empezaron a entonar sus muñecas, consiguiendo diezmar, minuto a minuto, el diferencial de escándalo conseguido por los bizkainos. Al minuto 20, llegaron a reducirlo en 9 puntos (40-27).

En el tercero de los tiempos, los alemanes prosiguieron limando distancias y gracias al acierto en ataque, sobre todo del japonés Fujimoto, consiguieron dejar la desventaja en solo 10 puntos (52-42) a falta de un único parcial.

Parecía entonces que todo el viento soplaba en favor de los teutones, pero fue entonces cuando los bilbaínos volvieron a ofrecer su mejor baloncesto, cerrar espacios y, al encontrar acierto en sus aproximaciones al aro rival,  lograron frenar la reacción alemana.

El marcador final de 69-57, sin ser capaz de explicar lo que ocurrió sobre el parque del Centro Deportivo de Meda, si permite imaginar la intensidad de una competición que reúne a la elite continental. Elite a la que ha llegado el Bidaideak por méritos propios y en la que hoy ha demostrado no sentir ningún complejo.

En el capítulo anotador, lideraron su juego, Turek, que consiguió 23 puntos, Asier, 12, Manu, 10, David 7, Blair 6, Txema, 4, Jasso, 3, Y O´Neill, 4.