Fenerbahçe 78 – Bidaideak Bilbao 75
Cuando a las 12,15 de la mañana, el árbitro principal oficiaba el lanzamiento ritual de la primer balón al aire del partido, el pronóstico de los que acudieron al Palasport de Giulianova se encontraba dividido entre quienes se inclinaban por el equipo turco, impresionados por su nombre -histórico como pocos en el baloncesto- pero también por el juego desarrollado en semifinales, y quienes lo hacían por los bilbaínos al constatar que en la previa de grupos habían conseguido desembarazarse con brillantez en una misma jornada del campeón 2023 de la competición – el Santo Stefano italiano- y también del propio Fenerbahçe. Y la verdad es que unos y otros, tuvieron motivos para mantener su opinión durante los cuarenta minutos del encuentro.
Los primeros del mismo cobraron tenuemente color turco, que mandaron en el marcador durante los siete primeros minutos, pero en el 7 una bandeja convertida por Asier Garcia adelantaba por primera vez a los bilbaínos. De ahí hasta el final del primer cuarto -casi podíamos decir que durante todo el partido-, los aciertos ante el aro rival se alternaron de manera que al primer stop se llegaba con un 20 a 21 en favor de los de Txurdinaga.
En el comienzo del segundo de los parciales, se ensanchó un poco esta mínima ventaja, hasta llegar en el 12 a los cinco gracias a una canasta de un entonado David Mouriz, pero los turcos sabían bien que no podían dejar inclinarse el marcador de manera continua en favor de los bizkainos y con un triple de Yuksel y dos canastas consecutivas de Tropak (hasta 25 puntos realizó el alero) dieron la vuelta al marcador (31-27). Luego el carrusel de aciertos, una veces de Anderson -grandioso partido el suyo con 33 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias-, otras de Papi, Asier, David, e incluso de Mariana Perez, con replicas casi inmediatas en la escuadra otomana, llevaron el encuentro al descanso con un 42 a 37 en favor de los de negro.
El tiempo en el vestuario debió servir para reafirmar las estrategias de ambos técnicos, porque el encuentro se mantuvo en el mismo intercambio continuo de aciertos, durante los siguientes 10 minutos que finalizaron manteniéndose la ventaja de 5 para los bilbaínos.
Los minutos de la verdad comenzaron con los de Yáñez dominando el luminoso. Hasta el 36 no consiguieron los otomanos igualarlo y necesitaron uno mas para ponerse por delante (71-69). Para entonces la quinta personal de David precipitó el primer cambio realizado en el partido por el director de la orquesta vasca, que tenia que encomendarse a Anderson para que de nuevo pusiera tablas en el marcador. Pero esta fue la ultima vez que los números estuvieron en equilibrio. En los últimos 120 segundos, se fueron abriendo punto a punto las diferencias en favor de los de Estambul, hasta llevarlas a 5 cuando sólo quedaba el último suspiro. Los lanzamientos postreros desde los tiros libres cuando solo sirvieron para reducir a 3 el diferencial final.
Desde luego si el baloncesto tuviera reglado que el vencedor es el que más minutos está por delante en el marcador, hoy Bidaideak tendría en sus vitrinas un nuevo título, pero como de lo que se trata es de llegar al 40 con ventaja en el marcador, al Fenerbahçe le cupo el honor de llevárselo. Seguro que todos sus jugadores recordaran media vida su celebración, muy a la turca, pero también que enfrente tuvieron a un equipo, el bilbaino, que durante la mayoría del encuentro lideró el encuentro y que fue tan merecedor como él al triunfo final.