BSR ACE GRAN CANARIAS 79  –  BIDAIDEAK BILBAO 70

 

 

La visita a Las Palmas se presentaba para el Bidaideak como ocasión propicia tanto para redimirse de la derrota que en casa les infligiera la pasada jornada el extremeño MIDEBA, como para confirmar que la segunda posición obtenida antes de cerrar el 17 se basaba en la calidad de sus plantilla y en la capacidad de gestar un juego vistoso a la vez que efectivo. Pero ni una ni otra cosa pudo reafirmarse en la cancha del Complejo Deportivo de Gran Canarias. Ni se pudo constatar que la derrota ante los pacenses era un simple accidente fruto de la desconexión navideña, ni el equipo pudo desplegar sus virtudes, que son muchas, frente a los insulares. Intentó, eso sí y en todo momento, que los puntos se fueran hacía Bilbao, pero su carácter y espíritu luchador no se vio acompañado ni del acierto ni de la calma precisa para poder inclinar en su beneficio los momentos claves del partido.

 

Los bilbainos amanecieron en el partido con ventajas mínimas y, cuando estas se estiraron hasta los 3 puntos, llegó la “lesión mecánica” del anotador por excelencia del equipo, Joshu Turek, que durante 10 minutos tuvo que ver impotente como no podía participar del juego. El baloncesto en silla tiene en ésta un elemento determinante del juego y cuando un eje de rueda se parte no hay agua milagrosa que en UN segundo la arregle. Tuvieron que pasar varios minutos de “cirugía” a golpe de cincel y martillo para que la silla permitiera que se le colocara una nueva rueda y pudiera el mejor encestador de la Liga, volver a cancha.

Pero cuando lo hizo, el marcador se había girado en favor de los de amarillo y señalaba un preocupante 26 – 19.

 

Tampoco la ansiosa vuelta a cancha de Joshu le dio inicialmente oxígeno a los vascos que vieron como la ventaja iba creciendo de manera preocupante hasta los 12 puntos en el minuto 13. Tocando suelo, el equipo se recompuso e inició, con una serie de aciertos ofensivos firmados por Asier, Manu y Mouriz, una remontada que dejó el luminoso, al llegarse al descanso, en un 43 a 40.

 

El viento parecía soplar en favor del Bidaideak cuando al minuto de la reanudación se situaba con 3 puntos de ventaja, pero entonces, en vez de templar el partido y finiquitar a sus rivales, permitió que aquél enloqueciera y así, por cuatro veces consecutivas, fallaron lanzamientos relativamente cómodos. Estos errores permitieron volver al partido al cuadro canario, que guiados del portentoso Nortje, fue recuperando dominio en el marcador hasta situarlo en un 59 a 53 a falta de 10 minutos.

 

Los pocos segundos de parón antes de entrar en el último parcial, fueron suficientes como para que los bilbaínos salieran a cancha dispuestos a todo;  en el minuto 34 consiguieron igualarlo y uno después ponerse 3 por delante. Pero, entonces una sucesión de errores de pase y lanzamiento y la realización continua de faltas personales, permitieron a los canarios hacerse con el dominio del partido y cobrar una cómoda ventaja por la que transitar en los últimos momentos del mismo.

 

Las estadísticas de los bizkainos informan que Asier consiguió 20 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias,   Salazar, 17 puntos y 5 rebotes, David Mouriz, 11 puntos y 3 asistencias, Manu , 5 puntos y 2 rebotes, Txema Avendaño, 2 puntos y Turek, 6 rebotes, una asistencia y 13 puntos, muy lejos de los casi 28 que promedia por partido.

 

Por los canarios resaltar el impecable trabajo del sudafricano Nortje. Demostrado está que los guanches fueron los primeros moradores de las Canarias donde construyeron una cultura propia hasta que la Corona de Castilla se asentara en el archipiélago. Huellas antropológicas, y algo de leyenda transmitida por los locales de generación en generación, los presentan como personas de gran desarrollo físico, extraordinaria altura para la época y gran fuerza. Pues bien, este chico puede pasar sin problemas a la mitología local no sólo por su apariencia – un auténtico gigantón- como por su juego, que, por momentos, fue prodigioso y casi, casi perfecto. Las estadísticas lo dicen todo: además de  35 puntos – con un 75% de efectividad en tiros de 2 y 92% en tiros libres- , logró atrapar 9 rebotes y realizar 7 asistencias. Le acompañaron en su buen hacer el coreano Sangyol -14 puntos y 6 rebotes- y el oro en Río, Arambula -15 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias.

 

El resultado final, 79-70, abultado en diferencia para lo que se vio en la cancha, y desde luego poco revelador de la igualdad e intensidad con la que se libró la contienda, obligará a los bizkainos a acudir a Vigo, su próximo test liguero, a por la victoria, para lo que, sin duda, deberán conseguir equilibrar y conjuntar más su juego.